CARITAS,
CONFER, HOAC,
JUSTICIA Y PAZ y AEFJ (África-Europa Fe-Justicia)
ANIMAN
A LA MASIVA PARTICIPACIÓN
EN LAS ELECCIONES EUROPEAS
El próximo 25 de mayo los
españoles estamos convocados a elegir 54 de los 751 diputados que compondrán el
nuevo Parlamento Europeo y que representarán a unos 490 millones de ciudadanos
europeos (28 países miembros). En estas elecciones, el nuevo Parlamento estrena
mayores competencias: elige al Presidente de la Comisión, tiene que
aprobar al conjunto de los miembros que propone el Consejo Europeo para formar la Comisión y puede
destituir a la Comisión
mediante una moción de censura.
El gran reto al que se
enfrentan los ciudadanos europeos es la desinformación acerca de las
instituciones, funcionamiento y repercusiones de lo que se realiza, día tras
día, en la Unión Europea,
unido al casi total desinterés por lo que en la UE se debate.
Desde nuestra común identidad cristiana y a la luz
del Evangelio y la
Doctrina Social de la Iglesia, animamos a todos los votantes a tomar
conciencia de la importancia de este momento, donde con nuestro voto podemos
construir una Europa más justa y solidaria con las personas y los países más
débiles y vulnerables.
La Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea
(COMECE) anima, con motivo de la convocatoria de las elecciones al Parlamento
europeo, a configurar Europa como una comunidad de solidaridad y
responsabilidad, basada en un modelo de economía social de mercado en el que no
solo prime la economía y donde tengan la debida importancia la moral, la
política y la voluntad decidida de preservar los derechos fundamentales de
todas las personas.
Nuestras organizaciones
consideran necesario apostar decididamente por una Europa comprometida con una
justicia económica y social universal, dispuesta a:
a) Establecer un marco de protección de los derechos
económicos y sociales, e impulsar políticas de lucha contra el desempleo
-especialmente el juvenil y el de larga duración- orientado a la creación de
puestos de trabajo dignos para todos.
b) Promover la reducción de la pobreza y la exclusión
social a través de instrumentos como el salario mínimo interprofesional y
una renta básica familiar.
c) Reforzar la cooperación a favor del desarrollo económico, los
derechos humanos y la democracia tanto en los países más pobres como en los de
nuestro entorno.
d) Adoptar políticas que mejoren la regulación de los mercados
financieros, a fin de frenar la especulación y la evasión fiscal, favorecer
su transparencia y su adecuación a la economía real y productiva, promoviendo
la desaparición de los paraísos fiscales y el secreto bancario, y aplicando
impuestos a las operaciones financieras internacionales.
e) Impulsar normativas y políticas que aseguren mayor respeto del medio
ambiente, la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático.
f) Promover una reforma del sistema económico-financiero global, a
fin de ponerlo verdaderamente al servicio del bien común universal,
favoreciendo la creación de una autoridad política democrática universal que lo
haga posible
Así mismo, consideramos que
Europa no puede
renunciar a un mayor compromiso con los derechos humanos, base del
respeto de la dignidad de la persona. Entre otros retos, es urgente garantizar
los derechos humanos de los migrantes y reforzar la lucha contra la trata de
personas, evitando la mortalidad en el mar y las fronteras, estableciendo vías
efectivas y realistas para la inmigración laboral y el asilo en Europa, impulsando
la integración social y luchando
contra el racismo y la xenofobia.
Es
necesario, además, que todos los países europeos trabajen por una paz universal
promoviendo el desarme y el control del comercio de armas.
Los problemas y retos a los que se
enfrenta Europa son muchos y muy complejos.
La construcción de Europa como un
gran espacio de integración política y económica, de justicia social, de
promoción del desarrollo humano integral y de la paz, con vocación de referencia
mundial, es una meta irrenunciable a la que todos debemos contribuir
ejerciendo nuestro derecho a votar.
Por ello, como creyentes y
como hombres y mujeres de buena voluntad, no podemos permanecer
indiferentes ante estas elecciones, tras la excusa de lo complicado de las
instituciones, del desencanto generalizado o del sentimiento negativo de que
“nada vale la pena”.
Invitamos a toda la ciudadanía a
participar, a través de las urnas, en la construcción de otra Europa más
acogedora y más justa, y a asumir un compromiso activo en la defensa de los
derechos de los últimos y no atendidos por parte de las estructuras
legislativas y ejecutivas de la
UE.